sábado, 21 de mayo de 2011

El río

Puede que sea el río más grande
Puede que pueda sonar.
Puede que sea el río más grande
Pero también puede que se pueda secar.

¿Quién fija el curso del agua?
¿Quien le da intensidad al sol?
Nadie nunca dijo de nada
Que yo también podía ser un campeón.

Al filo de la cornisa
Tu toro me quiere empujar,
Todos se callan la boca
Pero todos saben como va a terminar.

Aires de la montaña
Suspiros desde el corazón
Hay una fuerza que crece
Y hoy un pueblito quiere ser nación.

Somos el fuego del mundo
Somos la voz del cantor
Somos las manos, las piernas
Somos de la tierra, los hijos del sol.

¿Quién fija curso del mundo?
¿Quién es el que quiere bajar?
El día nunca descansa
Porque no le alcanza todo el capital.

Hoy los ojos no se cierran
No tienen tiempo de soñar
A mi me importa una mierda
Yo mejor le apuesto a mi felicidad.

Puede que sea el río más grande
Puede que pueda sonar.
Puede que sea el río más grande
Pero también puede que se pueda secar.
Mariano Porte Alcón

miércoles, 18 de mayo de 2011

Cerca de no estar

Cerca de no estar, puedo ver mejor.
Iluminando el cielo al final de hoy.
Puedo imaginar un mundo mejor
Le apuesto sonrisas al que no.

Es difícil ver, esta nublado el sol
Vamos a intentar soplar fuerte los dos.
Jugando a ser un payaso feliz,
Me voy a reír hasta de mi.

Es tan sencillo ver lo que hay que ver
Y uno se da cuenta después de perder.
Aunque llegue el final no voy a mentir
El miedo se transforma en ganas de vivir.

Es tan sencillo es ver lo que hay que ver
Y uno se da cuenta después de perder.
Aunque llegue el fin lo voy a recibir
Festejando lo que supe vivir.

Cerca de no estar, puedo ver mejor
Trato de armar mi mundo de algodón.
Vuelo sin pensar que voy a caer
El suelo se despega de mis pies.

Cerca de no estar, puedo ver mejor.
Iluminando el cielo al final de hoy.
Puedo imaginar un mundo mejor
Le apuesto sonrisas al que no.

L: MPA
I: Liniers

martes, 17 de mayo de 2011

Que las historias tenga un final...

Que las historias tengan un final ¿por qué siempre tiene que ser así? Mientras se escriban siempre se van a poder vivirlas de nuevo. Pero... ¿Por qué imaginar lo que va a pasar? Si no lo sabemos, no lo vamos a poder cambiar. Solo proyectamos nuestros miedos y vemos como cada uno se aleja del otro, como si supiésemos las razones. Nos echamos la culpa a nosotros mismos. Pero solo estamos tirados en el piso tomados de la mano viendo el posible futuro. Y es ahí cuando los dos nos miramos a los ojos y se produce un silencio, triste, profundo, que se corta con unas simples palabras de animo y de consuelo de que uno nunca le va a faltar al otro, palabras que llenan de esperanza e inundan al corazón de una tierna sensación y que culmina en un “te amo” con un beso con los ojos cerrados. Y seguimos tomados de la mano mirando al techo.
Me afirmo a mi mismo y me aseguro de que nunca voy a dejar de escribir nuestra historia, hay mucha tinta en el tintero como para pensar en eso. Ya sea escribiendo siempre una carta nueva para tratar de conquistar de nuevo tu corazón o leyendo cartas viejas y no tanto que me hagan recordar lo mucho que vale sentir todo lo que uno puede llegar a sentir cuando ama a alguien: el sentirse importante, que al fin vale la pena lo que uno hace, dice o quiere, el sentirse querido, el sentirse vivo. Aunque solo se trate de ser y dejar ser, se trate de jugar, se trate de creer.
Nada es fácil, nada es gratis, a veces se da sin recibir, a veces las expectativas son mas de lo que podamos llegar a imaginar, a veces por intentar lo mejor todo termina peor, a veces todo es al revés, por eso el amor no es un espejo. Entre reflejo y reflejado siempre hay diferencias.
11-02-09
MPA.

viernes, 13 de mayo de 2011

La función

Le vino miedo y se quiso escapar
¿a dónde pudo ir, a donde ira a parar?
La noche espera y la quiere ver, 
La quiere ver jugar, la quiere ver crecer.
Y las butacas se van a amontonar
Hay aplausos certeros, el show va a empezar.
Y la panza llena de esos nervios, de esa ansiedad.
Que revuelven la memoria. Y hoy...

¿Cuantas veces un paso te salió mal?
Y te gano aquella bronca
¿Cuantas veces tuviste que volverlo a intentar?
Y la gota se hizo gorda.
¿Cuántas veces el cansancio te quiso apretar?
Y te jugo siempre en contra. Y hoy...

Una clara idea de todo que puede mejorar
Si se borrase la histeria.
Y un mensaje que puede llegar a ser alentador
“Tu sueño no es competencia.”
Es ese tesoro que no nunca vas a querer guardar
Y el mundo es su audiencia hoy.

Admiro siempre tu esfuerzo al dar
Esas ganas perdidas de querer ganar.
Y que ese llanto hoy no quiera aflorar
Y que si se derrama sea de felicidad.
De que supiste, como siempre, brillar
De que pusiste en tus ganas la voluntad.

El tiempo es corto y las agujas se van,
“que esto no puede ser” no hay que rezongar.
Entre apuradas y la organización
Hay algo que perdió, y otra que se escondió.
Y las agujas que se achican al decir
Que la función esta a punto de partir.

Una clara idea de todo que puede mejorar
Si se borrase la histeria.
Y un mensaje que puede llegar a ser alentador
Tu sueño no es competencia.
Es ese tesoro que no nunca vas a querer guardar
Y el mundo es su audiencia hoy

L: Mariano Porte Alcon


miércoles, 11 de mayo de 2011

Martha Graham





Martha Graham (Pittsburgh, Pensilvania 11 de mayo de 1894 - 1 de abril de 1991), fue una bailarina y coreógrafa estadounidense de danza moderna cuya influencia en la danza es equiparada a la que tuvo Picasso en las artes plásticas, Stravinsky en la música o Frank Lloyd Wright en la arquitectura.

-“Cuando empecé, no me interesaban los personajes o las ideas. Mi interés fundamental era el movimiento. No me interesaba resultar hermosa a los demás, sino expresar el verbo profundo de mi cuerpo a través de mis movimientos”.

-“El cuerpo es capaz de decir aquéllo que las palabras no pueden”.

-“No existe tal cosa como un artista adelantado a su tiempo. El artista pertecenece a su tiempo, el problema es que lo demás están atrasados”.

-“La tristeza es una enfermedad comunicable”.

Hechos curiosos al viajar en colectivo.

Un niño en un colectivo tira el envoltorio de un caramelo por la ventana, junto al niño, la madre, no se queda a atrás y predica con el ejemplo: tira otro papel por la ventana.
Un joven tira por la ventana del colectivo una caja de jugo que recién acaba de disfrutar.
Un hombre espera que el semáforo le de luz verde para cruzar. Antes de cruzar tira una botella de gaseosa en el medio de la calle, teniendo a pocos pasos un tacho de basura.
Varios individuos al bajar del colectivo instantáneamente dejan que el viento se lleve sus boletos.
¿Será falta de voluntad, será que los papeles o las botellitas pesan tanto que nos provocarían una hernia de bolsillo o de muñeca por retenerlos un minuto más, hasta encontrar un tacho o llegar a destino para tirarlo donde corresponde, o será que lo hacemos apropósito para después tener un motivo para quejarnos?

sábado, 7 de mayo de 2011

Es tan misterioso el país de las lágrimas


Al quinto día y también en relación con el cordero, me fue revelado este otro secreto de la vida del principito. Me preguntó bruscamente y sin preámbulo, como resultado de un problema largamente meditado en silencio: 

-Si un cordero se come los arbustos, se comerá también las flores ¿no? 
-Un cordero se come todo lo que encuentra. 
-¿Y también las flores que tienen espinas? 
-Sí; también las flores que tienen espinas. 
-Entonces, ¿para qué le sirven las espinas? 

Confieso que no lo sabía. Estaba yo muy ocupado tratando de destornillar un perno demasiado apretado del motor; la avería comenzaba a parecerme cosa grave y la circunstancia de que se estuviera agotando mi provisión de agua, me hacía temer lo peor. 

-¿Para qué sirven las espinas? 

El principito no permitía nunca que se dejara sin respuesta una pregunta formulada por él. Irritado por la resistencia que me oponía el perno, le respondí lo primero que se me ocurrió: 

-Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores. 
-¡Oh! 

Y después de un silencio, me dijo con una especie de rencor: 

-¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas… 

No le respondí nada; en aquel momento me estaba diciendo a mí mismo: "Si este perno me resiste un poco más, lo haré saltar de un martillazo". El principito me interrumpió de nuevo mis pensamientos: 

-¿Tú crees que las flores…? 
-¡No, no creo nada! Te he respondido cualquier cosa para que te calles. Tengo que ocuparme de cosas serias. 

Me miró estupefacto. 

-¡De cosas serias! 

Me miraba con mi martillo en la mano, los dedos llenos de grasa e inclinado sobre algo que le parecía muy feo. 

-¡Hablas como las personas mayores! 

Me avergonzó un poco. Pero él, implacable, añadió: 

-¡Lo confundes todo…todo lo mezclas…! 

Estaba verdaderamente irritado; sacudía la cabeza, agitando al viento sus cabellos dorados. 

-Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: "¡Yo soy un hombre serio, yo soy un hombre serio!"… Al parecer esto le llena de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo! 

-¿Un qué? 
-Un hongo. 

El principito estaba pálido de cólera. 

-Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante? 

El principito enrojeció y después continuó: 

-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es importante! 
No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos. 

La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte. ¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar! Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…". No sabía qué decirle, cómo consolarle y hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas! 


El Principito - cap VII
Antoine de Saint-Exupéry